Morelos nació en plena época de la conquista en el centro del país, por ello, el legado histórico que posee como estado es pieza fundamental de la riqueza cultural que desarrolló y que vivió México en carne viva ante la mezcla de razas.
El estado de Morelos es uno de los más pequeños de la República Mexicana, cuenta con una superficie territorial de 4,959 km2, constituido por 33 Municipios entre los que destacan Cuernavaca, Cuautla, Jojutla, Tlanepantla, Tepoztlán y Zacatepec.
En materia económica Morelos presenta un avance industrial equilibrado y adecuado con la defensa del medio ambiente, el estado cuenta con importantes localidades comerciales, la zona más densamente poblada de la entidad que se localiza entre los municipios de Cuernavaca, Jiutepec, Yautepec y Cuautla. También se encuentran incluidas algunas localidades productoras como Jonacatepec, Tepalcingo, Yecapixtla y Temoac.
1500 años antes de Cristo el hombre ya tenía presencia en Morelos, en aquel entonces el poblado era conocido como Tamoanchán, donde se estableció lo que hoy es Morelos, esto se puede constatar principalmente con la herencia de dos culturas: la Olmeca y la cultura del altiplano central.
Por sus condiciones naturales, Morelos se ha distinguido en el país y el mundo de varias maneras, su clima por ejemplo, es reconocido por una media extraordinaria, ni frío ni caliente, que le da a Cuernavaca el sobre nombre de “La Ciudad de la Eterna Primavera”; este importante elemento natural ha propiciado que el estado se convierta en un importante centro de parques acuáticos y recreativos. Los ríos Nexpa, Tepalcingo, Cuautla, Yautepec, Salado, Tetlama, Tembembe, Chalma, Río Amacuzac y Río Grande, son pieza calve de la hidrografía estatal ofreciendo hermosos paisajes y escenarios.
Sus zonas arqueológicas y museos de sitio reflejan el poderío, la tradición, el misticismo y sabiduría de las antiguas civilizaciones indígenas que se desarrollaron en la región y entre las más de 800 ruinas encontradas en el estado, de las cuales destacan Xochicalco, Teopanzolco, el Tepozteco, Las Pilas, Chalcatzingo, Olintepec y Coatetelco.
Otro importante bastión de la cultura Morelense es su riqueza arquitectónica colonial, que enseña en un paseo a través de la historia y el arte, cómo los siglos se quedaron suspendidos en el tiempo, mostrándose en majestuosos edificios, conventos, haciendas y capillas construidas en espectaculares paisajes, permitiendo al visitante empaparse del arte Tequitqui y conocer la sensibilidad de sus constructores indígenas.
Las manifestaciones artísticas que han surgido en la historia del estado de Morelos son de trascendencia nacional, como se puede observar en sus monumentos, museos y murales de famosos artistas como David Alfaro Siqueiros y Diego Rivera.
Una extensa gama de servicios turísticos diversifican su estancia en el estado con el fin de responder a las demandas particulares de cada visitante. Un distintivo muy particular del estado es el alto nivel en sus escuelas del idioma Español.
La tradición culinaria de los morelenses es tan añeja como la historia precolombina de la región, cuando una "cultura del maíz" predominaba en los guisos de los pobladores; hoy como antaño, el maíz es parte viva de la cocina tradicional que lleva a su mesa platillos exquisitos como las tortitas de tsompantle o flor de colorín, los tamales nejos o de ceniza, de cabellito o de frijol quebrado, la oreja de cazahiate o la salsa de jumiles con tortillas azules, sin faltar los frijoles ayocotes con bolitas de masa, el conejo en chile ajo, la cecina con crema y queso fresco, el espinazo de cerdo en chiles amartajados, el mole verde o el mole estilo Tlayacapan, la fruta de horno y las inigualables nieves del norte del estado.
Sin duda, el estado de Morelos a pesar de ser pequeño, es inmenso en tradición, cultura, arquitectura y servicios turísticos, todos los elementos que se necesitan para un excelente viaje de negocios o placer.