Este pequeño poblado descubierto por el padre jesuita Juan  María de Salvatierra en 1702, le espera entre palmas datileras, olivos y  árboles frutales para que, además de hacer un paseo espontáneo por el pueblo,  visite atractivos turísticos que ya son parte de las tradicionales locales.
          Misión de Santa  Rosalía de Mulegé
          El jesuita Franciscano Escalante terminó en 1766 esta  monumental obra de piedra que fuera fundada desde 1705. Esta es la tercera  misión de Baja California Sur. Aunque a partir de 1828 fuera prácticamente  abandonada, a lo largo de los años ha sufrido remodelaciones, respetando la  arquitectura original en forma de “L” y la torre que se erige varios metros  atrás de la fachada principal. En su interior se conservan sin daño una estatua  de Santa Rosalía y una campana, ambas del siglo XVIII.
          Museo Regional
          El actual Museo de Historia y Antropología fue antiguamente  una cárcel conocida como “Cananea”, un dato curioso es que era la única cárcel  sin rejas que ha existido en Baja California Sur. Hoy en día, el turista puede  encontrar en su interior piezas arqueológicas, fósiles, instrumentos de los  antiguos pobladores y otros objetos testimoniales de la vida pasada en Mulegé. 
          Santa Rosalía
          Cabecera municipal del Municipio de Loreto, ubicado también,  hacia el lado del Mar de Cortés. En 1885 la empresa “El Boleo” obtiene la  concesión para explotar los yacimientos de cobre que se encuentran cerca del  poblado, motivo por el cual tiene su apogeo el crecimiento de la población y la  actividad minera, además de que el pueblo tuvo intervención de empresarios  franceses que dejaron huella de su cultura en la arquitectura de las  construcciones que aún pueden disfrutarse. 
          La Iglesia de Santa Bárbara es el primer templo prefabricado  en México, construido totalmente de hierro, con los ornamentos, candelabros y  el retablo gótico del altar importados desde Europa. En su altar se destacan  unos vitrales de gran valor artístico, pero lo más notable es, sin duda, haber  sido diseñada por
            Gustave Eiffel en  1884, mismo arquitecto que diseñó la Torre Eiffel. La Iglesia estuvo presente  en una exposición mundial en París en 1889, y fue instalada en Santa Rosalía 8  años después. Otro edificio atribuido a Eiffel es el Museo y Archivo Municipal,  construido de 1885 a 1990 totalmente en madera. Actualmente, el pintoresco  recinto de arquitectura francesa, posee una interesante colección de piezas,  herramientas y objetos relacionados con el pasado minero de la región.
          San Ignacio
          Esta población se debe a la fundación de la Misión de San  Ignacio, un majestuoso edificio de piedra volcánica terminada de construir en  1786 por el dominico Juan Crisóstomo Gómez, aunque fue promovida por el jesuita  mexicano Juan Bautista Luyando desde 1728. En su interior destaca el gran altar  de madera labrada y chapada en oro con siete óleos y una estatua de San Ignacio  de Loyola, joya de arte religioso del siglo XVIII.
          A pesar de esta belleza arquitectónica, no hay duda que la  Laguna de San Ignacio es un gran potencial lleno de recursos para el ecoturismo.  La laguna se abre hacia el Océano Pacífico y en el complejo lagunar se  encuentran también las islas Pelícano, San Ignacio, Malcomb, Delgadillo y el  islote Delgadillo. Además de ser aguas ideales para el kayak, el buceo o el  surf, la mayor fama de la laguna es el avistamiento de ballenas grises que  llegan a sus aguas en febrero de cada año; por esta razón, usted encontrará  operadores de campamentos y lanchistas bilingües que le atenderán con  amabilidad y profesionalismo.
          Guerrero Negro
          El poblado de Guerrero Negro se caracteriza por sus  imponentes salinas, inmensas montañas de sal con calidad de exportación las  cuales sobresalen con su brillante color blanco entre los matices de la ciudad  y el mar. Esta salinera es considerada como la más grande del mundo al aire  libre, gracias a las ideales condiciones climatológicas que se dan en la zona.  La visita a este enorme complejo está permitida, pero no de una forma masiva  por razones de seguridad; durante el recorrido verá el camino blanco forjado  con los sedimentos de lavado de la sal, los 46 vasos cristalizados en las 42  mil hectáreas que abarca la superficie total del lugar a cielo abierto, la cual  produce y exporta 7 millones de toneladas al año.
          La Laguna Ojo de Liebre, en las inmediaciones de Guerrero Negro  es otro de los lugares de la entidad a donde arriban ballenas año con año; la  Laguna Ojo de Liebre es uno de los más importantes, punto de reunión donde los  gigantescos cetáceos arriban buscando las cálidas aguas su apareamiento. 
          Bahía de Concepción
          Este es uno de los principales lugares para la diversión del  turista, ya que a lo largo de sus playas se practica buceo, esnórquel, kayak,  veleo y un sinfín de actividades acuáticas. Sus playas son Punta Prieta, Punta  Arena, Santispac, Eco-Mundo, La Escondida, El Burro, Requesón y Coyote. Además,  esta bahía ubicada unos cuantos kilómetros al Sur de Mulegé, brinda algunos de  los más espectaculares paisajes de la península con sus numerosas playas de  blanca arena y sus caletas protegidas por enormes riscos e imponentes cardones  del desierto.